Durante su semana de estancia en Uzhgorod, con la Misión de la Iglesia
Soborna, el Patriarca Moisés, el Clero y los Fieles estuvieron construyendo
la Casa de Dios - la Iglesia de la Santísima Trinidad y la Iglesia de Andrés
el Primer Llamado, en unidad, como Familia de Cristo.
El bendito trabajo para la Gloria de Dios transforma a las personas, así
como a la obra manual misma. Los rostros de los adultos y de los niños que
colaboraban en la edificación de la Iglesia, glorificando a Dios, se
iluminaban con alegría y con felicidad inmensas. El Espíritu Santo se
derramaba sobre los fieles, y los Ángeles ayudaban a transportar fácilmente
toneladas de cemento y de otros materiales, e inspirando en la realización
de tan santos actos.
El Patriarca Moisés consagró el fruto del trabajo de tantas manos humanas, y
bendijo a la comunidad de Uzhgorod para que continúe la construcción de esta
verdadera Casa de Dios, en amor, paz y gracia.
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