Por la tarde del Viernes Santo, en el Templo de la IOUA-Canónica en Kiev,
así como en los Templos Ortodoxos de todo el mundo, tuvo lugar el Oficio de
Vísperas, que dio al Clero y a los Fieles la posibilidad de sentir en sus
corazones la tragedia y la grandeza del sacrificio del Hijo de Dios por
nuestra Redención.
Arrodillándose ante la Planchanitsa, la gente expresó en voz baja su
agradecimiento al Salvador del mundo y oró por sus necesidades más
personales.