El Patriarca Moisés, el Clero y más de 80 fieles pasaron 10 largamente
deseados y por Dios bendecidos días en la costa del Mar Negro.
Diez días - como uno, pues pasaron en un suspiro.
Diez días - como un año, ya que estuvieron llenos de acontecimientos,
impresiones y pensamientos.
Esos días fueron iluminadas por la majestad del día de la Transfiguración.
Así que las almas de la familia de los hijos espirituales de Dios se
transfiguraron en esa luz y quedaron colmadas de alegría, durante las
actividades recreativas; y de sabiduría, durante las conferencias
espirituales y las oraciones.
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