Arcipreste Maxym Bykov
Dios ha dado a cada uno de nosotros el derecho de elección libre, y la plena libertad en nuestras acciones. Y de cada persona depende como usamos en la vida esta libertad de la elección concierne a sí mismos u otras personas, como podrámos disponer de esa libertad: haramos lo bien (vamos por el camino de la vida) o haramos algo malo (vamos entonces por el camino de la muerte). Por eso nosotros a su albedría, podemos ser felices o sufrir constantemente, estar deprimidos, perdiendo el ánimo más profundo y más profundo, sumiendo en la oscuridad, que atormenta al alma, que nos hace aún más miserables.
Pero ¿pensáis alguna vez cómo el Señor está tratando de salvarnos, salvar, aún cuando nuestros oídos no escuchan su voz, cuando nuestros ojos no vean sus acciones? Por ejemplo, nos encontramos con una persona que necesita ayuda, por lo menos una palabra amable. Y ¿qué hacemos? En vez de arrimar un hombro en los momentos difíciles, pasamos por alto, porque ¡de araca! - no hemos violado ninguna ley del país.
Si, ciertamente, no pasará nada. Pero hemos pasado por alto, y la gracia del Señor, que podemos encontrar, también ha pasado por alto de nosotros y de nuestras vidas. No queremos aumentar su gozo espiritual, para consagrar a nosotros mismos o nuestros prójimos, porque según las leyes de Dios, la bondad, hecho a la gente regresa con creces. Pero Dios no puede obligar a hacer el bien -una persona decide por sí mismo hacerlo o no. Así que para ser o no ser feliz en la vida ? es la libre elección de cada uno.
Prestad oído y poned la vista a cuántas personas se han quejado de lo que es difícil vivir. Sin embargo, quejarse de la dura vida - es como caminar por el jardín, en el que las ramas se doblan de la frutas maduras fragantes ? y tener hambre. Ya que teniendo una elección libre, no quieres hacer un esfuerzo para trabajar por sí mismo, alargar la mano y coger. O es lo mismo que en el calor pasar por un una corriente fría y limpia, poder sacar agua y no beber, a pesar de sed. Y mientras razonando en la manera frívola: "que otra persona haga eso" o "voy a beber después" ... Y después podemos no tener tal oportunidad de ayudar a alguien. ¿Quién entonces será culpable? ¿Dios? Dios, que nos da la oportunidad de dar de comer, dar de beber al alma con acciones buenas, o la persona misma, que voluntariamente renuncia a este?
Y otra cosa es importante para entender: que si has gastado el tiempo, o incluso un poco de dinero para ayudar a su prójimo, entonces no pierdes - por el contrario, adquieres. ¿Por qué? Porque el Señor ve a tus acciones, cree que justificas tu vida en la tierra, te bendiga con Su energía vital, ya que utilizas esta vitalidad para el beneficio de la creación del Reino de los Cielos en la Tierra. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe ..." (Efesios 2:8-9). Sólo tienes que cuidarla, aumentar y mejorar, llegando a un entendimiento de la voluntad de Dios, es decir, sentir que Él quiere de ti.
Hagamos memoria de la parábola de talentos (Mateo 25:28-30). Un hombre fue a un país lejano y dio sus bienes a sus siervos. A un siervo le dio cinco talentos, al otro - dos talentos, al tercero - el talento. Es decir, cada recibió talentos conforme a sus capacidades. Talento - esta es una gran suma de dinero, porque un talento pesaba 34 kg de oro puro. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos, es decir obtuvo de 5 talentos 10 talentos. El segundo siervo recibió dos talentos y también los duplicó, es decir, de los dos talentos recibió cuatros talentos. Eltercer siervo recibido un talento lo enterró inmediatamente en el terreno para preservarlo. Después de algún tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo:
- Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
Y su señor le alabó:
- Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo:
- Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
El señor le respondió como al primero:
- Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Por fin llegó el tercer siervo y dijo:
- Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Tuve miedo de tí y de tu talento, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
Respondiendo su señor, le dijo:
- Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber ingresado en un negocio bueno, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento ? continuaba el señor - y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.- terminó el señor.
Por lo tanto, Dios da a todos la oportunidad de aprovechar todas las oportunidades para el crecimiento espiritual, nos enviando las personas, situaciones, de modo que podemos multiplicar el bien para salvar su propia alma. Por lo tanto, ayudando a la gente, hacéis el bien en el primer lugar a sí mismos. Así lográis a ser ser más felices, espirituales y veréis las maravillas de Dios en su vida, porque el Padre Celestial siempre protegerá a su hijo y cuidará de él, pero tenemos que ser sus hijos y hacer su voluntad. Y su voluntad - es hacer el bien, las obras buenas en la tierra según su propia y libre elección.
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