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¡Gloria a Jesucristo, queridos hermanos y hermanas!
Hoy escuchamos el Evangelio de Mateo (Mateo, XXII: 1-14), donde el rey hizo fiesta de bodas a Su Hijo. Y llamó a todos que vengan a esta comida. Así, el rey es Dios, el Hijo es Jesús, y el ministerio de Jesús es esta comida, la comida de alegría, la comida de liberación de la mente de la gente de pensamientos pecaminosos.Ya que nos tormentan mucho los pensamientos sobre familia. Cuando los parientes Y los peores enemigos en el mundo son nuestros parientes.
Aquí el Señor nos libra de estos pensamientos, diciendo que tu familia puede ser tus enemigos, y tus prójimos los que tienen el espíritu semejante al tuyo, son tu familia, incluso si sean los de otra nación, los negros, incluso los samaritanos para hebreos. Es decir, una comida de la perfección espiritual.
Es mucho más fácil de redimir en el que Jesús nos enseñó que nos enseñaban los hebreos. Tienen tantas leyes - diez mandamientos multiplicaron por diez y recibieron la centena. Ya que Moisés pidió: "Señor, si no pueden caminar con sus pies, todos perecerán. Por eso da muletas a ellos, a pesar de que con muletas, aunque cojos, pero vendrán a ti. Aumenta estos diez mandamientos: no hurtarás, no matarás y los demás, a diez. Que sea centena, que sean mandamientos fáciles. El Señor dice: "Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste"(Éxodo, XXXIV:1). Entonces le pidieron más: "Aumenta más". Y han multiplicado tanto y han imaginado otro tanto, que tal vez todo el territorio de la iglesia no sea suficiente para poner estos libros . Es necesario a ellos que su rabino diga todo a ellos: hacer así o hacer así. Pero mientras que su corazón está llenado con el mal, la arrogancia, el odio y el racismo.
Y el Señor lleva una fe diferente: estar bajo Dios, para guardar en su corazón Su amor, Sus mandamientos, que os dirigirán a través del amor para ser feliz y estar libre de pecado. Ya que vosotros heredaréis la vida eterna y estaréis bien. Podéis estar con los ángeles aún en la tierra. "Mas éstos no quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: "Ved, ya he preparado mi banquete; he matado mis novillos y animales cebados, y todo está aparejado; venid a las bodas", no puedan ignorarlo. Pero todos volvieron a negarse. Cada uno buscó a cualquiera razón "y se fueron: uno a su campo, otro a sus negocios". Uno dijo que tuvo que probar a los bueyes, otro dijo que había acabado de casarse y no pudo ir. Cada uno imaginó alguna razón justificada a su vista.
Entonces el rey enojado dijo a sus siervos: "Invitados no eran dignos. Id, por tanto, a las salidas de los caminos, e invitad a las bodas a cuantos encontréis". Para dar una posibilidad a todos - a los buenos y a los malos. Y los siervon fueron, estos son los sacerdotes, los apóstoles fueron a predicar, otros predicadores. "Y el salón de bodas se llenó de comensales". Y entró el rey y vió que todos eran en vestido de bodas, vestido claro, esto es tenían la vida piadosa. Y uno, el ajeno, tenía vestido negro, esto es en el vestido de pecado, su alma era pecaminosa. El rey en seguida le prestó atención a él y le preguntó: "Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?", pues, preguntaba porque había osado hacer esto, donde era su vestido de bodas, esto es donde era su penitencia, sus obras buenas, todo esto, donde era lo que había preparado porque la habían dicho como todo tenía que ser. ¿Por qué no había prepado el vestido de bodas para que tenrlo claro en los Cielos?
Imagina cada uno que tienes que preparar esta ropa ahora. Ahora tienes que quizás aún coser las hilas de oro por tus obras piadosas. El rey preguntó donde era su ropa. Para que no te pregunte el Señor lo mismo. Y no tendrás la respuesta. Y aquel hombre tampoco tuvo respuesta ya no supo de responder. Ya que tenía todo: le habían predicado a él, enseñaban. Todo era. Él enmudeció.
Pero el corazón del rey no se suavizó, trabajaba la justicia. "Atadle las manos y los pies, y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes". ¿Si está mal allí? Por ejemplo si echar la persona al sótano y allí con esta person estarán la gente que crujen de dientes. ¿Está agradable? Y tienes ningunas perspectivas de salir algún día de allí.
Para que no ocurra algo parecido con nosotros, tenemos el servicio que Dios nos ha dado. ¿Cómo lavamos nuestro vestido? ¿Pensamos en tener el vestido de bodas a través de nuestro amor a Dios, a través de nuestras obras buenas, a través de nuestro servicio?
Hemos empezado a construir el templo de Dios, teniendo nada. Y ahora el templo es casi terminado. Está claro que Dios dará la gran presencia de Su Espíritu Santo. Creo que Dios va a construir muy fácilmente Su Ucrania a través de nuestros corazones. Oro es lo que oro vale. Eres feliz si tienes en tu alma un paraíso, si tienes la fe en Dios, si aspiras a Dios.
No somos los santos, ya que sólo Él es perfecto. Pero aspiramos y tratamos. Cometimos errores pero nos levantamos de nuevo. Aspiramos y vamos. No decimos que somos dignos ya que no tenemos que decir tanto, esto provoca altanería. Es decir, podemos er dignos entre indignos. O, quizás, seamos llamados, como ha dicho Dios ahora. O quizás seamos escogidos, ya que muchos son llamados. Siete miles o ocho miles personas han escuchado mis conferencias. Han estado, han oido y no escuchan, han mirado y no vean, ya que son ya ciegos y sordos espiritualmente. Y es muy simbólicamente que continuamos orar en la casa para ciegos para que Ucrania recobre la vista.
Y hoy día el Señor nos bendice esta fiesta, esta alegría, esta calma, gracia. Y nuestros corazones están llenados con la alegría ya que sentimos la presencia de los ángeles de Dios.
¡Gloria a Jesucristo!
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Apóstol (2 Corintios, 1:21-24; 2:1-4):
1
21 Ahora bien, el que nos confirma con vosotros en Cristo, y
el que nos ungió, es Dios,
22 quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro
corazón como garantía.
23 Mas yo invoco a Dios como testigo sobre mi alma, que por
ser indulgente con vosotros
no he vuelto a Corinto.
24 No es que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que somos
colaboradores con vosotros para vuestro gozo; porque en la fe permanecéis
firmes.
2
1 Pero en mí mismo decidí esto: no ir otra vez a vosotros con
tristeza.
2 Porque si yo os causo tristeza, ¿quién será el que me alegre
sino aquel a quien entristecí?
3 Y esto mismo os escribí, para que cuando yo llegue no tenga
tristeza de parte de los que debieran alegrarme, confiando en todos vosotros
de que mi gozo sea el mismo de todos vosotros.
4 Pues por la mucha aflicción y angustia de corazón os escribí
con muchas lágrimas, no para entristeceros, sino para que conozcáis el amor
que tengo especialmente por vosotros.
Evangile (Mateo, 22:1-14):
22
1 Tomando Jesús la palabra, les habló otra vez en parábolas,
diciendo:
2 El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un
banquete de bodas para su hijo.
3 Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido
invitados a las bodas, pero no quisieron venir.
4 De nuevo envió otros siervos, diciendo: Decid a los que han
sido invitados: "Ved, ya he preparado mi banquete; he matado mis novillos y
animales cebados, y todo está aparejado; venid a las bodas."
5 Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo,
otro a sus negocios,
6 y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y
los mataron.
7 Entonces el rey se enfureció, y enviando sus ejércitos,
destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad.
8 Luego dijo a sus siervos: "La boda está preparada, pero los
que fueron invitados no eran dignos.
9 Id, por tanto, a las salidas de los caminos, e invitad a las
bodas a cuantos encontréis."
10 Y aquellos siervos salieron por los caminos, y reunieron a
todos los que encontraron, tanto malos como buenos; y el salón de bodas se
llenó de comensales.
11 Pero cuando el rey entró a ver a los comensales, vio allí a
uno que no estaba vestido con traje de boda,
12 y le dijo: "Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?"
Y él enmudeció.
13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle las manos y
los pies, y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el
crujir de dientes."
14 Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos.
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