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¡En el nombre del Padre, el Hijo, el Espíritu Santo! ¡Amén!
Hoy escuchamos el Santo Evangelio de Juan (Juan, V :1-15), que cuenta el evento, cuando Jesús curó al paralítico. Parece que los judíos deberían alegrarse de que el paralítico comenzó a caminar. Pero comenzaron a reprocharle: "Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho." Y él dijo, como vosotros habéis oído: "El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda."
Cuando el Señor apareció al sanado el segundo vez, le dijo: " Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor." Jesús sobreentiende que cuando el hombre comite el pecado, él cae enfermo. Y cuando recibe la curación, se debe tratar de vivir la vida pía, poniendo toda su fuerza para no volver a los antiguos pecados. De lo contrario, los espíritus malignos vuelven con su energía pesada en el hombre y le traba, le atan, le torcen, sus procesos vitales son violados - entonces la persona está sufriendo y está enferma. Ocurre en tal manera para que el hombre pudiera de alguna manera recuperar o al menos no ser tan activo en la vida de pecado.
El sanada, cuando vio a los Judios, les dijo de inmediato: "El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda." Tal vez él no entendía que no debe decir el nombre de Jesús a los judíos ya que ellos en seguida se levantaron contra Jesús. Habéis oído a sus quejas: "Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo." (Lucas XIII:14). Es decir, "¿Cómo te atreves el sábado a hacer la gente tomar su lecho y sanarla, trabajando?" Y él Señor les dice: " Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo ... No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre." (Juan, V: 17, 19). Es decir, como creen los judíos, el sábado es el séptimo día - día de reposo. Señor dice que Dios no puede descansar, al crear el mundo por 6 días. Él no puede tener el descanso el 7 día porque la gente pecan constantemente, porque la tercera parte de los ángeles caídos están en la Tierra y trabajan con cada persona que no tiene ninguna conexión con Dios y no tiene verdadero conocimiento. Y estos ángeles caídos tratan de llevar la gente a la destrucción a través de todo tipo de pasiones, todos pecado, etc.
Y por eso el Señor también debe trabajar por su Padre celestial dió su único Hijo a la Tierra para que él trabajara, enseñara a la gente.El Señor con su providencia, con sus ángeles, teniendo en cuenta la elección libre de las personas, trabaja para salvar a la humanidad de la muerte. El séptimo día no es un día de reposo, es un día de sufrimientos del Padre Celestial. Porque Él observa que hacen sus hijos, que hacen los ángeles caídos con los ángeles de Dios que descienden de los Cielos. Es decir, con los elegidos de Dios, que a veces, bajando a la tierra, bajo la influencia de los ángeles caídos olvidan lo que conocen en los Cielos, cometen errores, pierden la protección de Dios e van al infierno. Es por eso que Jesús vino al mundo para hacer aquí el trabajo del Su Padre para dar a la gente el conocimiento de la verdad de Dios, a través del cual pueden vivir y enfrentarse a los ángeles caídos, y al final de la vida terrenal regresar a nuestro Padre Celestial.
Así que a veces trabajamos con usted el domingo después de misa, ya que tenemos que trabajar. Y ahora estamos en el sentido que nosotros predicamos y regeneramos la Iglesia la cual nos legó Jesucristo, no la cual construyen hoy los sacerdotes de fermento de Stalin. Debido a que a través de ellos la Iglesia se une con diablo - a través de su codicia, el amor al dinero, al poder, a todo lo que ha sido desagradable a Dios.
Es por eso que trabajamos y construimos Su Iglesia - es el séptimo día. Y este séptimo día será coronado con nuestro trabajo, el trabajo duro, persecuciones, lágrimas y el sufrimiento. Será todo lo que dijo Cristo: " Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán " (Juan, XV, 20) .. Todo esto será en nuestro trabajo (ya es, no es muy pronunciado, pero ya es), ya que llevamos su cruz.Pero la llevamos en la manera muy fácil porque estamos con Dios, trabajamos para Dios.
Si trabakamos mucho este séptimo día , luego viene el octavo día. El octavo día es el día de la victoria del bien sobre el mal. El octavo día es el día de la victoria absoluta de la vida sobre la muerte, como la estrella octagonal en la cual se ilumina la imagen de la Madre de Dios. El octavo día es el día en que el Señor puede relajarse, regocijarse que la Tierra ha salido de la maldición, que la Tierra ha entrado en el Reino de Dios, que ha entrado en un momento en el que no hay tiempo más, donde viven las almas santos. Este séptimo día será bastante largo, tendremos que trabajar por mucho años. No viene mañana, pero podemos sentir constantemente este octavo día en nuestras liturgias, cuando desciende a nosotros el Espíritu Santo. Y llega también cuando nos reunimos y oramos juntos, cuando vamos al descanso todos juntos. A pesar de que casi nunca descansamos juntos.
Esto es para nosotros el octavo día. Cuando construimos el templo de Dios - este es el octavo día. Cuando regocijamos y sentimos esta gracia - esto ya es el octavo día, que en este momento está muy cerca, y lo sentimos. ¿Por qué? Porque los ángeles de Dios vienen a nosotros y sentimos este estado cuando estamos cerca del octavo día. El séptimo día es el trabajo duro, pero nos sentimos como el aire fresco del mar, como el aire fresco del bosque, desde las montañas viene a nosotros - este es el aire fresco desde el octavo día, del Reino de Dios que viene a nosotros. Lo respiramos, nos alegramos y estamos bien, y los problemas de nuestros hijos no son tan graves y todo es más fácil para nosotros. El octavo día es el día de la eternidad, la vida, día de la Victoria. ¿Lo ves? La cifra 8 es la cifra de la Victoria. La cifra 7 es la cifra de amor. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para cada uno que en él creerá, aceptará sus enseñanzas y entonces recibirá una vida eterna.
La cifra 6 es la cifra de la perfección material, porque durante 6 días Dios creaba el universo y la Tierra. La cifra 6 está muy honrada entre los judíos. Nosotros, los cristianos reverenciaban la cifra 7- el amor de Dios. Y aspiramos a la cifra 8 que representa el reino de Dios.
Damos gracias por sus oraciones, por su ayuda, por su trabajo sincero en nombre de Dios, por su ministerio a Dios, por sus donaciones.
¡Cristo ha resucitado!
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Apóstol (Hechos, 9:32-42):
9
32 Y mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino
también a los santos que vivían en Lida.
33 Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado
postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico.
34 Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate y
haz tu cama. Y al instante se levantó.
35 Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y se
convirtieron al Señor.
36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita (que
traducido al griego es Dorcas); esta mujer era rica en obras buenas y de
caridad que hacía continuamente.
37 Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y
lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto.
38 Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al oír que
Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No tardes en venir a
nosotros."
39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó lo
llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando,
mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba
con ellas.
40 Mas Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y
volviéndose al cadáver, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y
al ver a Pedro, se incorporó.
41 Y él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos
y a las viudas, la presentó viva.
42 Y esto se supo en todo Jope, y muchos creyeron en el
Señor.
Evangile (Juan, 5:1-15):
5
1 Después de esto, se celebraba una fiesta de los judíos, y
Jesús subió a Jerusalén.
2 Y hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, un
estanque que en hebreo se llama Betesda y que tiene cinco pórticos.
3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y
paralíticos que esperaban el movimiento del agua;
4 porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al
estanque y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después
del movimiento del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que
tuviera.
5 Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que
estaba enfermo.
6 Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba
mucho tiempo en aquella condición, le dijo: ¿Quieres ser sano?
7 El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie que me
meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro
baja antes que yo.
8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu camilla y anda.
9 Y al instante el hombre quedó sano, y tomó su camilla y
echó a andar. Jesús censurado por sanar en el día de reposo Y aquel día era
día de reposo.
10 Por eso los judíos decían al que fue sanado: Es día de
reposo, y no te es permitido cargar tu camilla.
11 Pero él les respondió: El mismo que me sanó, me dijo:
"Toma tu camilla y anda."
12 Le preguntaron: ¿Quién es el hombre que te dijo: "Toma tu
camilla y anda"?
13 Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque
Jesús, sigilosamente, se había apartado de la multitud que estaba en aquel
lugar.
14 Después de esto Jesús lo halló en el templo y le dijo:
Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor.
15 El hombre se fue, y dijo a los judíos que Jesús era el que
lo había sanado.
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