¡En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo!
¡Gloria a Jesucristo, queridos hermanos y hermanas!
Nuestro Señor Jesuristo es bien y ama a la gente. En el Evangelio (Mateo, IX:1-8) leyemos mucho sobre los casos de su vida, cuando Jesús ayudó a los enfermos graves, incluso resucitó a los muertos poco antes del final de Su ministerio, antes de Su crucifixión. Y en la historia de hoy de Mateo, nos enteramos de que Él sanó al paralítico por que pecados fue tal no lo sé. Es posible que robara, engañara. Es posible que echara la lengua al aire, dijera muchas cosas malas sobre la gente - que era necesario, y que no era necesario. Tal vez chismeara en contra de la gente honesta, gente muy amable, que además no tenía nada con esto, era sólo su imaginación sucia. Y por eso se le había dado esta enfermedad - la parálisis. Las razones pueden ser muchas. Sólo digo que parece a la gente como una bagatela, pero por esto puedes caer siendo un paralítico. ¿Comprendéis?
Y cuando Jesús estaba predicando en la casa del publicano Mateo, se había reunido una gran cantidad de personas - muchas personas que a través de ellos no se podía acercarse uno a Él, porque todo el mundo quería escuchar a Su palabra. Y Él seguía sentado en la habitación y la habitación era pequeña, más pequeña, quizás la mitad de esa. Y muchas personas estaban de pie en la calle, a la espera de escuchar la palabra de Dios. Y el Señor predicaba. Y luego vino los hombres que tenían un lecho con el paralítico. ¿Cómo abrirse el paso a través de la muchedumbre? Todo el mundo quería escuchar la palabra de Dios, permitía pasar a nadie, incluso este enfermo grave. ¿Quién era para ellos? Todo el mundo quería escuchar por sí mismo - podía ser que de repente diría algo muy importante para sus vidas, porque Él puede hacer milagros, como ya lo habían escuchado. Y los hombres desmontaron el tejado y bajaron el paralítico a Jesús (Marcos, II:5). Y Jesús, viendo la fe de estas personas, que incluso desmontaron el tejado del dueño de esta casa y bajaba el paralizado de ahí, estuvo lleno de gracia a ellos - incluso más que a aquellos que simplemente le escuchaban. Y dijo al paralítico: "Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados". Y que significaba: "Está saludable". ¡Sí! ¡Está saludable! Tus pecados te son perdonados - que significa " ¡Está saludable!" Porque somos pecadores - estamos enfermos. Si yo digo, 'los pecados te son perdonados ", tienes que levantarse y estar sano. ¿ Comprendéis?
La persona siempre sufre por sus pecados, por sus errores, su propio camino equivocado de la vida de su orden de día incorrecta. Por lo tanto, debemos hacer todo para seguir el orden correcto del día: despertarse de tiempo, acostarse a tiempo, tener comida sana - en la medida de lo real y posible. Y pensar correctamente, operar adecuadamente en la Ley de la Vida.
Por lo tanto, viendo a su fe, Jesús le dijo al paralítico: "Tus pecados te son perdonados." Y entonces oyó que los sacerdotes le reproban. Él sabía sus cánones, que habían sido imaginados por ellos y oía a sus pensamientos, "¿Quién puede perdonar sino solo Dios?" Eso es comprensible. Y aquí Dios nos muestra que el hombre tiene un gran poder en Su rostro. Y Él dice: "Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados". Y dijo al paralítico: "A ti te digo: "Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa". Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa. Todos se sorprendieron mucho.
¿¿Y qué podría ser más evidencia de que el Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados? Y glorificaban a Dios por esto. Además, cuando el Señor se despidió de sus apóstoles, Él también les dió a ellos el poder. Sopló sobre ellos y dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos"(Juan, XX:22), "De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo? (Mateo, XVIII:18).
Es decir, es el perdón de los pecados y la resolución, que es un poder dado a los clérigos. Es decir, cuando con la boda o un bautizo, o inclusocon un anatema se ata algo - esto tiene lugar en el Cielo también. ¿Comprendéis? "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura"(Marcos, XVI:15). es decir, id, enseñad a la gente, la bendecid. " Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo, XXIII:19). Reunid los mios, multiplicad en una familia de Cristo.
De hecho, el servicio a Dios ya ha crecido muy fuertemente. En esta situación ¿ qué es esto para nosotros? Para nosotros es el hecho de que el clero verdadero ahora realmente tiene el poder de atar y desatar. Atar y desatar con los ritos diferentes. El clero actual puede curar, porque tiene una gran reserva de fuerza, pero no se puede buscar la curación por nada. No se puede ir y decir: "Padre, sáname". Sólo se puede curar a la persona a la que su corazón es benévolo. Y esto puede ser un hombre muy modesto, que no espera a ninguna curación. Y el sacerdote hace esto por la gracia la que es dada a él, la que acumula con su servicio sincero. Porque el sacerdote es un sacrificio vivo a Dios. El sacerdote es él que va a ser perseguido por la verdad, a quien no entenderán, que se pone a peligros grandes. Como un camillero, que limpia de toda suciedad, el sacerdote limpia de la suciedad espiritual - está luchando con la serpiente invisible, como en los seres humanos, y en sí misma, limpiando a todo el país. Por lo tanto, los sacerdotes es el oro espiritual del pueblo entre que nacieron, pero a pesar de todo - son víctimas. El víctima del servicio. Priva de mucho a sí mismo. Pero si vas por el amor de Dios, entonces no te sientes que eres una víctima. Si te vas por el amor al servicio a Dios, si sabes lo que sirves al altar del Creador del universo. Si sabes que tu jefe no está sentado en una oficina, sino ha creado el universo, y tú tratas de servirle, es el servicio más alto, y esto debe ser la mayor alegría en ti que puedes, lo que has recibido, si te llamó un obispo, un patriarca para servir al Creador del universo. Y te da esta fuerza de atar, desatar y ayudar a su pueblo lograr a ser de Dios, libre y feliz.
Como se puede ver en los Evangelios, el poder de Jesús demostró esto. "Cuando las multitudes vieron esto, glorificaron a Dios, que había dado tal poder a los hombres". Por desgracia, hay muchos lobos en piel de ovejas, que descuidan el servicio a Dios. Al vestirse en una sotana, engañan a la gente, pretendiendo de manera diferente de la que realmente son, y no llevan la gente donde está Dios, donde está la verdad. Por desgracia. Sin embargo, debemos orar para que Dios tenga misericordia de nuestra tierra, de Ucrania, para que ayude a Su Iglesia nacer de nuevo. Renacer, limpiarse de la suciedad, porque la Iglesia de hoy es como la sal sosa que no da ningunos resultados, es sólo apto para arrojarse a sus pies. La sal debe ser salada, debe agregar al gusto, al mismo tiempo llevar los minerales necesarios para el cuerpo. Pero cuando pierde las propiedades, es como la arena. Por lo que el sacerdote, si no sabe cómo consolar a un hombre si no puede inspirar a servir a la verdad, no sabe despertar en el hombre un sentimiento elevado y noble, tal sacerdote es innecesario, es sólo para tirar y pisotear.
El sacerdote está llamado a ser un ejemplo, pero no es un ejemplo. Si él no tiene nada claro, sólo la oscuridad y el caos - llegue a comprender con sí mismo en primer lugar. Debido a que el sacerdote debe poner la armonía en el caos. Debe llegar a donde la gente no puede entender que es la verdad y iluminarla con esta verdad. Quien quiere - irá por ella, él que no quiere -se quedará, pero entonces es la armonía y el orden. Que Dios bendiga a su Iglesia en el desarrollo, que sean muchos sacerdotes que pueden realmente absolver los pecados, bendecir con la palabra de Dios y ser el buen ejemplo y santificarnos. Sin embargo, no paraos aparte, porque ahora llega un momento en que todos vosotros llegáis a ser unos sacerdotes, los que predican, cuando vuestra palabra es buena, justa, cuando vuestra acción es buena. Trabajad para formarse como un sacerdote, en el que Dios necesita hoy día en la tierra para ocupar el lugar de esas personas a quienes ya no pueden soportar sus parroquias. Y desarrollad el templo de Dios en la tierra.
Que Dios os bendiga por vuestras oraciones, por vuestro servicio para salvar sus almas, por servicio a Dios con las obras buenas, por vuestras donaciones. Dios os bendiga por vuestro amor a Él, que venís a orar aquí, no prestando atención al hecho de que no hay ninguna cúpula dorada por encima de nosotros - lo visible sino hay lo invisible, que usted sentís que hay más que bajo de las cúpulas doradas. Aquí está la presencia de los ángeles, la presencia de Dios tanto como podemos contenerlo en nosotros mismos. Aquí está la presencia de la felicidad humana - lo que no se puede comprar a cualquier precio, a cualquier beneficio material. Llegáis agotados, de alguna manera lamentables y Dios nos renueva con su poder, su amor, su gracia y nos da esperanza en nuestros corazones que Él va a cambiar el mundo. Y debemos ayudarle en esto. Y Sus ángeles nos ayuda, no importa a qué tipo de trabajo duro vamos a dirigir nuestros esfuerzos.
Gloria a Jesucristo!
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Apóstol (Romanos, 12:6-14):
6Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha
sido dada, usémoslos: si el de profecía,
úsese en proporción a la fe;
7 si el de servicio, en servir; o el que enseña, en la
enseñanza;
8 el que exhorta, en la exhortación; el que da, con liberalidad;
el que dirige, con diligencia; el que muestra misericordia, con alegría.
9 El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo,
aplicándoos a lo bueno.
10 Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos
preferencia unos a otros;
11 no seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes
en espíritu, sirviendo al Señor,
12 gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento,
dedicados a la oración,
13 contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la
hospitalidad.
14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
Evangelio (Mateo, 9:1-8):
9
1 Y subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado y
llegó a su ciudad.
2 Y le trajeron un paralítico echado en una camilla; y
Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico:
Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados.
3 Y algunos de los escribas decían para sí: Este blasfema.
4Y Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué
pensáis mal en vuestros corazones?
5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: "Tus pecados
te son perdonados", o decir: "Levántate, y anda"?
6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en
la tierra para perdonar pecados
(entonces dijo* al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu
casa.
7 Y él levantándose, se fue a su casa.
8 Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor, y
glorificaron a Dios,
que había dado tal poder a los hombres.
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