94. SERMÓN DE PATRIARCA MOISÉS EL DÍA DE ASCENSIÓN, 08.06.2008
La Fiesta de la Ascensión del Seňor
¡En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo!
¡Cristo ha ascendido!
Hoy celebramos la fiesta de la Ascensión de Cristo. Este evento es muy importante para todos cristianos ya que proporciona la evidencia de la Resurrección de Cristo. Si los apóstoles no hubieran visto el proceso de la resurrección, vieron la aparición del Jesús resucitado. Y leemos hoy en el Santo Evangelio (Lucas, XXIV, 36-53) el testimonio de los Apóstoles, como Jesús aperecía a través de la puerta, como tenían miedo porque pensaban que era un espíritu.
Recuerden ustedes que como está escrito allí que Él dijo: "¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?" Pues Él dijo: "¿Por qué tenéis miedo, no soy un espíritu. Tengo cuerpo, huesos, tocadme "- lo que significa que le tocaron."Un espíritu -dijo- no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo." Y entonces Jesús ve que ellos no pueden volver en sí y siente su asombro: cómo es, que ha aparecido a través de la puerta, cómo puede ser eso, vimos que era matado. Y para apaciguarles, dice, " ¿Tenéis aquí algo de comer?" - y le daron el pan y los peces.
Él no necesitaba la comida, así como el Arcángel Rafael, que apareció a Tobit y Tobías, fingió que comía para parecer a un hombre. Así que Jesús comía al ver y hablaba con los apóstoles. Explicó que eso tenía que ocurrir según la Sagrada Escritura: " y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén." Pues Él dijo: "Llegad por todo el mundo, comenzando con Jerusalén santo, id a Ucrania (entonces Escitia), id a India. Id por todo el mundo donde pueden caminar y predicar esta Verdad.
Sed mis testigos. Los testigos de la crucifixión y los testigos de la resurrección del Señor". Y ahora ellos son testigos de la Ascensión. Vinieron en el Monte delos Olivos y Señor al bendecirles, les dijo: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo, óóV²²²; 19).
Lo mismo se refiere a nosotros porque ya sabemos más que los demás saben. Y sabemos las cosas simples y necesarias, sabemos la más fuerte oración - una oración Trisagio, "La glorificación a Dios para todo", "Dios, concédeme el perdón y el amor." Estas son las oraciones que llevan a cada hombre a través de todas las pruebas de la vida, de modo que las fuerzas del infierno no serán capaces de superarle. Ya sabéis sobre el Ángel de la guarda, ya habéis experimentado mucho en sus almas a través de la oración, que os da la oportunidad de sentir más cerca el reino de Dios, que es el reino de la alegría y calor. Tal como nuestra Liturgia de hoy os ha dado la oportunidad de sentir la bendición de Dios. Tal vez alguien ha venido por la primera vez, será totalmente de acuerdo conmigo que era la primera vez cuando sentía tal oración. Ha entrado en un lugar ordinario, pero se siente en los Cielos o en la tierra no sé. Para ya no sientes que estás en la habitación, sino como realmente estás con los ángeles de Dios, con Dios mismo.
Y antes de su Ascensión, el Señor se despide con los apóstoles, les bendiga. También nos bendice con Sus ángeles. Bendice a nosotros, a nuestra Ucrania, a nuestros hijos.
¡Cristo ha ascendido!
Apóstol (Hechos, 1:1-12):
1
1 El primer relato que escribí, Teófilo, trató de todo lo que
Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de que por
el Espíritu Santo había dado instrucciones a los apóstoles que había
escogido.
3 A éstos también, después de su padecimiento, se presentó
vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta
días y hablándoles de lo concerniente al reino de Dios.
4 Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén,
sino que esperaran la promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de mí;
5 pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados
con el Espíritu Santo dentro de pocos días.
6 Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban,
diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?
7 Y El les dijo: No os corresponde a vosotros saber los
tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad;
8 Mais le Saint-Esprit descendra sur vous : vous recevrez sa
puissance et vous serez mes témoins à Jérusalem, dans toute la Judée et la
Samarie, et jusqu'au bout du monde.
9 Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras
ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos.
10 Y estando mirando fijamente al cielo mientras El ascendía,
aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras
blancas,
11 que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando
al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá
de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.
12 Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de
los Olivos, que está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.
Evangile (Lucas, 24:36-53):
24
36 Mientras ellos relataban estas cosas, Jesús se puso en
medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.
37 Pero ellos, aterrorizados y asustados, pensaron que veían
un espíritu.
38 Y El les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen
dudas en vuestro corazón?
39 Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme y
ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
40 Y cuando dijo esto les mostró las manos y los pies.
41 Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría y
que estaban asombrados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?
42 Entonces ellos le presentaron parte de un pescado asado.
43 Y El lo tomó y comió delante de ellos.
44 Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía
estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre
mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
45 Entonces les abrió la mente para que comprendieran las
Escrituras,
46 y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y
resucitara de entre los muertos al tercer día;
47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el
perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
48 Vosotros sois testigos de estas cosas.
49 Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi
Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos
con poder de lo alto.
50 Entonces los condujo fuera de la ciudad, hasta cerca de
Betania, y alzando sus manos, los bendijo.
51 Y aconteció que mientras los bendecía, se separó de ellos
y fue llevado arriba al cielo.
52 Y aconteció que mientras los bendecía, se separó de ellos
y fue llevado arriba al cielo.
53 y estaban siempre en el templo alabando a Dios.
