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¡En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo! ¡Amén!
Gloria a Jesucristo, queridos hermanos y hermanas.
Hoy día escucháis el Santo Evangelio de Marcos (Marcos, II:1-12), donde en el capítulo 2 se describe un evento de la vida de Jesucristo, cuando regresaba a casa después del ayuno de 40 días del desierto. Entonces se reunió un montón de gente y todos querían oírle predicando, porque había rumores acerca de él. Futuros apóstoles de Jesús, entonces los discípulos de Juan el Bautista ya habían contado a otros sobre Jesús. Dijeron en todas partes: "Hemos encontrado a aquel de quien escribieron las Sagradas Escrituras. Le encontramos, se fue al desierto a ayunar durante 40 días. Cuando regresará, vayan y escuchen a Él". Muchas personas se reunieron para escuchar las sermones de Jesús. Y la gente iban a Él teniendo fe.
Así que resulta que en realidad Juan el Bautista preparó la plataforma para Jesús. Y cuando Jesús comenzó su ministerio, habían sido las personas religiosas que le estaban esperando a Él que venía después de Juan el Bautista, a quien Juan no era digno de desatar encorvado la correa de su calzado.. Y finalmente Jesús llegó a aquella gente y predicaba. Las personas eran tantos que no pudieron acercarse a Él todos los que querían. La casa estaba llena, en el patio también se sentaban la gente. Querían escuchar todas las palabras de la verdad, para saber cómo vivir conDios, que Dios estuviera realmente con la gente. Ya que no pudieron ya cumplir con los mandamientos de Moisés, cada vez alejandose más y más de ellos. Y como si trataban de seguir las leyes, pero por cualquiera razón no resultaba nada bueno de eso. Eran pobres en la tierra rica. Lo mismo que seamos en Ucrania hoy.
Y por eso la gente que se reunió a cerca de Jesús, quería escuchar la palabra de la Verdad. A Jesús fue fácil a predicar, porque fue mucha gente y todos tenían sed espiritual. Y en ese momento cuatro hombres trajeron un paralítico quien creía que Jesús iba a ayudarle. Los hombres se le llevaron y trajeron a casa de Jesús. Pero la casa ya estaba llena y nadie se iba a permitir entrar con aquel paralítico. Porque todo el mundo estaba ansioso por escuchar la palabra de Dios y nadie quería dejar entrar al paralítico. Estos cuatro hombres, al ver la situación, subieron a la azotea (techos allí se pueden estar descubridos), sacaron aquellas cañas o pajas, y de allí bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Le bajaron a los pies de Jesús. Y Jesús viendo a su fe, a su aspiración (y tal tipo de fe realmente ayuda a la gente), dijo: "¡Hijo, tus pecados te son perdonados.!"
Aquí, los judíos, si trasladar en el tiempo actual - los sacerdotes corruptos, se rebelaron en sus corazones contra Jesús. Estaban silenciosos, pero ya habían visto y sentido la autoridad, el carácter fuerte espiritual de sus palabras, y entonces se rebelaron contra Él secretamente. Jesús, sintiendo su rebelión, dijo: ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, - para "son perdonados" se puede decir un hombre a otro, - ... Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados. .." Eso es el hecho, es la prueba. Está perdonada - entonces la persona se hace sana. ¿Sí? Dice entonces al paralítico: " Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa." Y él, ya sano, se levantó así, tomó su lecho y se fue.
Así el Señor mostró que Él es realmente el Hijo de Dios, y que en Su poder era el perdón de pecados humanos en la Tierra. Y desde el Señor Jesucristo este poder a continuación pasó a los Apóstoles para el perdón y la absolución de los pecados. Los apóstoles dieron eso a los obispos, los obispos - a continuación, y pasaba hasta la actualidad. Esta sucesión del Espíritu Santo existe en las Iglesias ortodoxas y católicas. No existe en las iglesias protestantes. Ellos no tienen la sucesión del Espíritu Santo y saben eso. Porque no tienen el sacramento del orden, tienen sólo los pastores y los predicadores. No tienen sacerdotes para perdonar, y absolver los pecados, para consagrar. Lo saben.
Y así el Señor nos mostró que Dios amó tanto a la gente que daba esa fuerza a los hijos de los hombres - absolver y perdonar. Pero a aquellos que aman a Dios, siguen a Dios. Y para ellos dijo: "... todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo" (Mateo XVIII:18).
Así el Señor comienza su ministerio.
¿Puede Cristo ayudarnos? ¡Puede! ¿Puede curar a Ucrania? ¡Puede! Sin embargo, Ucrania también tiene que querer eso mucho y tener una fe fuerte y saber a su Salvador y seguirle. Entonces el Señor al mirar, va a decir: "Tus pecados te son perdonados, Ucrania, levántate y vete." Se levantará y se irá y será uno de los mejores países. Pero ahora tenemos que revivirse poco a poco, recoger este espíritu patriótico y de espiritual en nuestra patria. A pesar de cual origen tienes, polaco, griego, cualquier otro - Ucrania es tu tierra. Por eso tienes que guardarla, multiplicar su riqueza, que ella sea feliz. Y si Dios quiere se moverá en la dirección sobre cual pedimos a Dios: "Venga tu reino, Dios , en la tierra."
Este reino vendrá, el reino de la justicia, el estado de Dios va a desarrollarse . Todo eso bluff, todos estos partidos políticos desaparecerán como una espuma sucia. Desaparecerán porque no son capaces de ayudar al país a ser feliz. Sólo se preocupan de sí mismos. Y lo demuestran y desenmascaran unos a otros, demostrando que sus aspiraciones no pertenecen ni a Dios ni al bien de Ucrania. Así que el tiempo vendrá cuando la Constitución prohíbe su existencia en Ucrania. Y una estructura divina, una institución divina va a desarrollarse. ¿Entienden ustedes? Las personas, los hijos de Dios, van a tomar el poder para crear el reino del Padre Celeste aquí en Ucrania y en todo el mundo.
Que Dios les bendiga y les fortalezca.
¡Dios les guarde!
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Apóstol (Hebreos, 1:10-2:3):
1
10 Y: TU, SEÑOR, EN EL PRINCIPIO PUSISTE LOS CIMIENTOS DE LA
TIERRA, Y LOS CIELOS SON OBRA DE TUS MANOS;
11 ELLOS PERECERAN, PERO TU PERMANECES; Y TODOS ELLOS COMO
UNA VESTIDURA SE ENVEJECERAN,
12 Y COMO UN MANTO LOS ENROLLARAS; OMO UNA VESTIDURA SERAN
MUDADOS. PERO TU ERES EL MISMO, Y TUS AÑOS NO TENDRAN FIN.
13 Pero, ¿a cuál de los ángeles ha dicho jamás: SIENTATE A MI
DIESTRA HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS POR ESTRADO DE TUS PIES?
14 ¿No son todos ellos espíritus ministradores, enviados para
servir por causa de los que heredarán la salvación?
2
1 Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que
hemos oído, no sea que nos desviemos.
2 Porque si la palabra hablada por medio de ángeles resultó
ser inmutable, y toda transgresión y desobediencia recibió una justa
retribución,
3¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan
grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del
Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
Evangile (Marcos, 2:1-12):
2
1 Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después,
se oyó que estaba en casa.
2 Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a
la puerta; y El les exponía la palabra.
3 Entonces vinieron* a traerle un paralítico llevado entre
cuatro.
4 Y como no pudieron acercarse a El a causa de la multitud,
levantaron el techo encima de donde El estaba; y cuando habían hecho una
abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico.
5 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: Hijo, tus
pecados te son perdonados.
6 Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los
cuales pensaban en sus corazones:
7 ¿Por qué habla éste así? Está blasfemando; ¿quién puede
perdonar pecados, sino sólo Dios?
8 Y al instante Jesús, conociendo en su espíritu que pensaban
de esa manera dentro de sí mismos, les dijo*: ¿Por qué pensáis estas cosas
en vuestros corazones?
9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son
perdonados", o decirle: "Levántate, toma tu camilla y anda"?
10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene
autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):
11 A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
12 Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a
vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a
Dios, diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante.
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