¡Gloria a Jesucristo!
Hoy tenemos el cuarto domingo de la Cuaresma. Y hemos escuchado en la Epístola (Hebreos, VI:13-20) que Dios siempre cumple sus promesas, no importa cual imposible parezca de cumplir. Y se ejecutan en el tiempo y hasta hoy, por no sólo una sino muchas generaciones ven que Dios siempre cumple sus promesas. La promesa de Dios es que el Reino de Dios será construido. Y Él le construye, se puede ver en los cambios positivos que ocurren incluso en nuestro país.
Con eso, en el Evangelio (Marcos, IX :17-31) leemos que un padre le preguntó a Jesús en busca de ayuda porque su hijo estaba poseído por un espíritu maligno, al cual ahora llamabamos la epilepsia. Este espíritu maligno le echaba en el fuego y en el agua, para matarle. Ese hijo era tan incontrolable que echaba espumarajos, y crujía los dientes, y se iba secando, así vemos una clara epilepsia.
Para nosotros este evento en la vida de Jesucristo hace posible entender que necesitamos prepararse para entrar en el Reino de Dios y aprender también a defenderse de los espíritus malos que viven en nosotros. Estos espíritus pueden manifestarse no necesariamente en tal forma distinta, como en aquel muchacho, tal vez en forma de algunas aficiones por un tipo particular de pecado.
Leemos en la parábola que el Señor llegó a la gente, el padre del muchacho poseído le dijo: "Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron". Entonces el Señor dijo: "¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros?" Estas palabras Jesús dijo no con relación a los demonios que estaban en aquel muchacho, sino con relación a los apóstoles. Estaba cansado de la incredulidad apostólica, a pesar de que trataban de hacer todo como les enseňaba el Señor.
Y el Señor sanó al muchacho, diciendo al espíritu maligno y mudo: "Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él". Le sacudió mucho al posedo incluso todos pensaron que estaba muerto. Pero el Señor " tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó." Y el padre vio que el muchacho ya estuvo en su juicio, que sus ojos no fueron poseídos por demonios, fueron normales - y dio gracias a Dios.
Veis, se puede tomar un montón de lecciones aquí. Aún de como los apóstoles le preguntó: "¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?" Y Él dice que el diablo, el espíritu del mal es muy fuerte, no sale tan simplemente de la persona, se puede echarle sólo en el nombre del Señor. Y para esto también son necesarios el ayuno y la oración. Entonces, el Señor ayunaba y oraba - hacía eso bastante a menudo. Y mientras que estamos en el ayuno, también debemos entender que el ayuno y la oración nos ayuda a purificarse de los espíritus malos que están adentro de nosotros. Durante la Cuaresma tenemos la oportunidad de purificarse de los espíritus que nos impiden vivir y crecer espiritualmente, nos impiden ser buenos, razonables, nos impiden no ofender a los que nos aman y nos impiden hacer el bien en esta Tierra.
Con eso, otra lección importante se puede tomar de esta parábola. "... Si puedes creer, al que cree todo le es posible." - como Jesús dijo al padre del muchacho poseído. Y el padre dice: "Señor, creo; ayuda mi incredulidad. ". Entendéis, de inmediato sale de esta situación, por lo que no estaba seguro de que tenía la fe absoluta de la cual Cristo hablaba. Él dice: "... ayuda mi incredulidad". Entonces Jesús se tomó salvar a su hijo del espíritu inmudo
que vivía en él. Vemos, que tal tipo de espíritu es muy claramente expresado en los seres humanos. Vemos que tal persona es de verdad poseída por demonios, esa persona está enferma, esa persona no está bien. Hay gente con el mal expresado espíritu del mal, y a veces pensamos que esta persona es normal, porque ella sabe cómo esconder su espíritu del mal. ¿Entendéis?
Al mismo tiempo, si tenemos la ira, si tenemos explosiones de agresión, si se manifiesta astucia, si la incredulidad se manifiesta a las palabras de Dios y a Dios mismo - todo eso son las manifestaciones del espíritu del mal en nosotros. Luego los pecados diversos se manifiestan: la pereza, y así sucesivamente y así sucesivamente - así trabaja el poder de un espíritu maligno . Así que debemos pedir: "Dios, ayúdanos" - siempre recurrir a Dios, pidiendo ayuda. Mientras continua período de ayuno - ayunad y orad, ya que el final de ayuno vendrá pronto. Y si queréis ayunar después de la Cuaresma - será imposible hacer eso, ya que la Iglesia prohibe eso, incluso la Iglesia excluye a estas personas. No se puede ayunar, cuando no es el tiempo de ayuno. Pues resulta que todos nos alegramos con Jesús a la resurrección de Cristo, y una persona es triste - se muestra el espíritu maligno, diablo es triste, porque Cristo ha resucitado. ¿ Entendéis? Entonces esa alma está aliada con el espíritu del mal. Así, por favor, tened cuidado que no revelen tales aficiones. Ayunad ahora, ayuno sana el alma y el cuerpo mucho. Ahora tenéis la oportunidad - usadla.
Todo lo que sucedió en la vida de Jesucristo - era como ejemplo para nosotros, cómo debíamos comportarnos. Esto es un sistema, que da solución a muchos misterios y problemas. Si no los resolvemos, no iremos por el camino que nos conduce a la prosperidad, la felicidad, la salvación, la alegría. Porque si uno está con de Dios, está en alegría. Glorificad a Dios, para elevarse a los Cielos, dad gracias a Dios por todo. Cuando un hombre está fuera de Dios, está mal, tiene la cara triste, cae de ánimo. Por lo tanto, debéis entender que la caida de ánimo es un pecado mortal, porque entonces el diablo comienza a adquirir el alma. Debéis entender que la Iglesia, servicio a Dios y el ayuno siempre deben enlazados con una comprensión de la Verdad de Dios, con alegría de Dios, aún invisible. No la mostramos, pero está en nuestros corazones, en nuestros ojos, porque los ángeles de Dios, entonces nos envuelven y nuestra alma no se sienta aún las conmociones grandes, gran pesadumbre que ocurre a veces: la traición de amigos y similares. Porque cuando los ángeles de Dios nos rodean, siempre dan la presencia de la alegría y la ausencia de tristeza. Cuando no están los ángeles cerca de persona y ella trata de pretender que es muy religioso, aún no puede sonreír. Si no puede sonreír, esto significa que alrededor de ella es aura de ángeles malos, hasta es difícil respirar.
Una persona que alaba a Dios, trata de hacer todo lo que Cristo enseñaba, siempre estar con Dios en la alegría, en el amor. Y el ayuno para ella es una gran alegría. Si las pruebas ocurren en su vida es todo para su desarrollo espiritual. Los hijos de Dios, los cristianos son la gente fuerte en espíritu, constructores valientes, de gran espíritu. Y cuando salen de sus cuerpos, se instaló en el Reino de Dios el Padre. Así que tratemos de ser los cristianos, a quienes quiere nos ver Cristo, para que el Señor pueda edificar a través de nosotros el Reino del Padre Celestial, el Reino de la justicia y el amor. Este tiempo viene.
¡Gloria a Jesucristo!
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Apóstol (Hebreos, 6:13-20):
6
13 Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo
jurar por uno mayor, juró por sí mismo,
14 diciendo: CIERTAMENTE TE BENDECIRE Y CIERTAMENTE TE
MULTIPLICARE.
15 Y así, habiendo esperado con paciencia, obtuvo la promesa.
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16 Porque los hombres juran por uno mayor que ellos mismos ,
y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de toda
discusión.
17 De la misma manera Dios, deseando mostrar más plenamente a
los herederos de la promesa la inmutabilidad de su propósito, interpuso un
juramento,
18 a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es
imposible que Dios mienta, seamos grandemente animados los que hemos huido
para refugiarnos, echando mano de la esperanza puesta delante de nosotros,
19 la cual tenemos como ancla del alma, una esperanza segura
y firme, y que penetra hasta detrás del velo,
20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho,
según el orden de Melquisedec, sumo sacerdote para siempre.
Evangile (Marcos, 9:17-31):
9
17 Y uno de la multitud le respondió: Maestro, te traje a mi
hijo que tiene un espíritu mudo,
18 y siempre que se apodera de él, lo derriba, y echa
espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo. Y dije a tus discípulos
que lo expulsaran, pero no pudieron.
19 Respondiéndoles Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula!
¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar?
¡Traédmelo!
20 Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús, al
instante sacudió con violencia al muchacho, y éste, cayendo a tierra, se
revolcaba echando espumarajos.
21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede
esto? Y él respondió: Desde su niñez.
22 Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el
agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de
nosotros y ayúdanos.
23 Jesús le dijo: "¿Cómo si tú puedes?" Todas las cosas son
posibles para el que cree.
24 Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo;
ayúdame en mi incredulidad.
25 Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió
al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal
de él y no vuelvas a entrar en él.
26 Y después de gritar y de sacudirlo con terribles
convulsiones, salió: y el muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría
de ellos decían: ¡Está muerto!
27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso
en pie.
28 Cuando entró Jesús en la casa, sus discípulos le
preguntaban en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
29 Y El les dijo: Esta clase con nada puede salir, sino con
oración.
30 Saliendo de allí, iban pasando por Galilea, y El no quería
que nadie lo supiera.
31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del
Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de
muerto, a los tres días resucitará.
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