¡En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. ¡Amén!
Gloria a Jesucristo, queridos hermanos y hermanas.
Hoy día Dios nos ha bendecido volver a orar a Dios, estar santificados con Sus Ángeles, Sus fuerzas, que están en la tierra. Estar santificados para servir a muchas personas que creen, para que sus almas estén también santificadas, sean parecidas a los ángeles, y estén listas a edificar el reino de Dios en la Tierra.
Hoy escuchamos el Santo Evangelio (Lucas, XIII:10-17), que nos cuenta como Jesús entró en la sinagoga, vio a una mujer que sufría durante 18 aňos, era encorvada. El espíritu de enfermedad le atormentaba durante 18 aňos, tal vez, por algún pecado, quizás orgullo. Tal vez se comportabe con gran orgullo, se elevaba por encima de otros, por encima de las almas puras, y por lo tanto fue permitido por la ley de la justicia de Dios el espíritu que se le hizo encorvada. Y ella pobre atormentaba y sufría durante 18 años.
Esto se puede suceder con cualquiera persona que trata a los demás adecuadamente. Y si se comporta con orgullo, puede ser encorvada entonces. Y aquí el Señor, al ver a esta mujer que sufría durante 18 años, al ver que el castigo por el pecado ya había sido expiado, quería curarle. Y era el día de reposo. Se acercó a la mujer y le dijo: "Mujer, has quedado libre de tu enfermedad". Él puso su mano a ella y ella se enderezó. Y estos sacerdotes judíos tendría que alegrarse de que sanó a esta mujer encorvada, que durante 18 aňos estaba en el templo, y pudo ser que ya hubiera aburrido la vista con su presencia, su enfermedad. Pudo ser que más de una vez se acercó a ellos con el ruego de orar por ella, ayudarla a sanar, pero ninguno de ellos no podían hacerlo. Pero aquí Jesús entró al templo y le curó. Parece que habrían sido felices si hubieran amado de Dios. Pero no, envidiaban a Jesús y le empezaron a odiar aún más que antes. Su odio crecía cada vez cuando Jesús hizo una obra buen. Y hemos escuchado las palabras de los sacerdotes: "Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo".
¿Qué hizo Jesús? Hizo oración a Dios el Padre. Y Dios el Padre mostró que Él oía a Sus oraciones. Jesús oró por aquella mujer encorvada y ella se enderezó. Pero los sacerdotes se atrevieron a acusarle de que era un día de reposo y no era prohibido hacer cualquieras cosas. Sí, según la ley hebreo, era prohibido hacer cualquieras cosas. Pero hay que orar. ¿ O no? Sino cada vez le acusaron, como sabemos de la Sagrada Escritura, cuando sanó a alguien en día de reposo.
Está claro que el Señor estaba perturbado de nuevo, enojado y dijo: "¡Hipócritas - que son unos mentirosos -¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber?" Es decir, si su cabra u oveja se meten en problemas, los liberan en el día de reposo. ¡Y aquí está el ser humano a quien el diablo había encorvado por 18 años! ¿No les daba pena por ella?
Y cuando Jesús les avergonzaba, estaba claro que todas las almas de Dios como estaba escrito en el Evangelio, se regocijaban. Se regocijaban que Dios les avergonzó a a quellos superiores, que, habiendo escondido detrás de Dios, crucificaban a Dios, no amaban a Dios. Es evidente que su reacción fue tan - crucificar a nuestro Señor Jesucristo.
"El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo" (Marcos, II: 27) - así como Cristo dijo. Por ejemplo, en el oeste de Ucrania durante la época soviética atea no fueron destruidas las iglesia, en la medida como en todo el país. Y la gente ha aprendido no hacer nada el domingo, no trabajar, pero ir a la iglesia y rezar. Y esto es muy bien cuando van a la iglesia para orar. Sin embargo, muchos de ellos al venir aquí, en el centro de Ucrania para trabajar no trabajan el domingo, sino que también no van a la iglesia. El domingo se emborrachan, blasfeman y etc. Los días festivos también no trabajan, incluso fiestas de iglesia no grandes, y de nuevo se emborrachan y hacen nada. ¿Entienden? No consagran, sino manchan este día.
Si el séptimo día sucede algo que hay que hacer lo bueno, incluso de la naturaleza física (ya que no tienes dones para sanar a la gente, sino puedes trabajar), entonces vives ese día no en provecho de tí sino para en la gloria de Dios. Así como fuimos a construir el templo el domingo después de la misa, ¿sí? Entonces ¿quién de nosotros sufrí de eso? Dios nos bendecía y amaba, y hoy también nos amaba, porque aquel día no ibamos a ver la televisión, comer, beber y pelearse con los demás. Y vamos este día también confirmar nuestro amor a Dios por nuestras obras buenas. Vamos ayuda, vamos a construir el templo, vamos a visitar a alguien en el hospital, vamos a ayudar a alguien que necesita nuestra ayuda. Tal vez sea el único día de todos los días de la semana el que no trabajamos por sí mismos, sino es el día cuando podamos hacer algo bueno físicamente en nombre de Dios. ¿Entienden?
Por lo tanto, el séptimo día debe ser dedicado a Dios, para glorificar a Dios y hacer las obras buenas. Para las obras buenas, porque Dios no descansa este día. Ha dado Su Hijo unigénito para que Él enseñe a la gente como se puede ser salvado. Y por eso le crucificaron, sino Él resucitó y ascendió al cielo. Pues el séptimo día el Señor trabaja con nosotros, con cada uno. Él no descansa. Pues Jesús mismo dijo al respecto: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan, V:17).
Trabaja para salvar nosotros, los pecadores, con su oficio, porque todo el mundo tiene una opción libre para hacer lo bueno o lo malo, pero a pesar de eso Dios nos lleva a la salvación lo más posible. Para que una persona entienda que no se puede hacer lo malo y entienda que se debe salvarse. Para eso el Padre Celestial nos dio Su Hijo unigénito quien nos trajo la enseñanza la más perfecta que aún no podemos comprender el final. Pero nosotros intentamos a eso y Dios nos da este entendimiento y da fuerza, para comprender todo. Así que si somos cristianos, la salvación vive en nosotros, Cristo vive en nosotros, y debemos dar el séptimo día en la gloria de Dios. Este día nos bendiga, calma nuestras almas y facilita nuestro karma, porque la expiamos con las obras buenas.
La expiamos no por las enfermedades, que nos tumban hasta que no podamos vivir después de las enfermedades, sino la expiamos por las obras buenas. Si tu buen trabajo se ha ido a Dios - no estrpellarás en el coche, si un buen trabajo se ha ido a Dios - no va a suceder algún problema contigo, una enfermedad que te puede afligir tanto que simplemente vas a estar acostado y pensar durante unos años si vives correcntamente en este mundo o no.
Por eso hay que adelantar nuestro castigo por hacer obras buenas. Demostremos que somos los de Dios, pero en secreto, ante Dios, no ante las personas. Y entonces nos recompensará en público que Dios nos protegerá en alguna parte. Es posible que nos habríamos cogido un coche, sino no sucedió eso. Tal vez resbalaríamos y caeríamos tanto, que tuvieramos conmoción cerebral - pero no, no resbalamos o resbalmaos un poco. Al mismo tiempo, vemos un gran número de accidentes, cuando por ejemplo vamos al hospital - ¿cuántas personas hay allí, cuántas enfermedades tienen y cómo sufren? Y que los médicos que trabajan en la traumatología puedan certificar cuantas personas mueren ante ellos, incluso los más jóvenes. Como sacerdote, lo sé eso, porque he tenido que ir varias veces a la práctica hospitalaria, comulgar, orar por la curación.
Por eso cada vez que escuchamos el evangelio, tomemos esto como un ejemplo, analicemos y tratemos vivir como nuestro Salvador Jesús vivía en la tierra. Ahora Él está con nosotros, nos ama y nos bendice. Mientras que estemos salvandose, nada malo pasará con nosotros. Algún golpre será, pero no fatal, alguna desgracia va a pasar, pero una remediable, hasta que estés salvandose. Y con tu familia no pasa algo malo si estés salvandose en el Señor. Puedes dejar tu familia, pero si haces obras buenas, tu familia también será protegida. Esto será de tal manera si tu familia por lo menos no está en contra del Señor. Si tu familia se opone a Dios, está claro que se opone a su salud, felicidad, confianza, alegría en sí mismo, el éxito en su vida. Dios es una fuente de paz, una fuente de felicidad, una fuente de la alegría y una fuente de la salud. ¿Entienden ustedes o no?
Que Dios nos bendiga con Su sábado santo. Que nos cure, como le curó a una mujer encorvada. Ahora también pedimos y rogamos con sinceridad: ¡Oh, Dios, ayúdanos a curarse espiritualmente! Y la salud física se añadirá a nosotros.
¡Gloria a Jesucristo!
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Apóstol (Efesios, 6:10-17):
6
10 Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su
fuerza.
11 Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis
estar firmes contra las
insidias del diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino
contra principados,
contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra
las huestes espirituales
de maldad en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo,
y habiéndolo hecho todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, CEÑIDA VUESTRA CINTURA CON LA VERDAD,
REVESTIDOS
CON LA CORAZA DE LA JUSTICIA,
15 y calzados LOS PIES CON EL APRESTO DEL EVANGELIO DE LA
PAZ;
16 en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis
apagar todos los dardos
encendidos del maligno.
17 Tomad también el YELMO DE LA SALVACION, y la espada del
Espíritu que es la
palabra de Dios.
Evangile (Lucas, 13:10-17):
13
10 Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de
reposo,
11 y había allí una mujer que durante dieciocho años había
tenido una enfermedad
causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía
enderezar.
12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has
quedado libre de tu enfermedad.
13 Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y
glorificaba a Dios.
14 Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús
había sanado en día de reposo,
reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe
trabajar; venid, pues, en esos días
y sed sanados, y no en día de reposo.
15 Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no
desata cada uno de vosotros
su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber?
16 Y ésta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido
atada durante dieciocho l
argos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo?
17 Y al decir El esto, todos sus adversarios se avergonzaban,
pero toda la multitud se
regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por El.
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